jueves, 29 de julio de 2010

Perspectiva de la Educacion en Venezuela

DOCTORADO
EN
CIENCIAS DE LA EDUCACIÒN


Perspectiva de la Educacion en Venezuela
Sociedad, Cultura y Educación
Facilitadora: Dra. Gilda Couso

Participantes:
Jacqueline García
Carolina García
Melida García
Milagro Ovalles



INTRODUCCIÒN
La democracia participativa y protagónica establece el derecho inalienable de instituir las competencias del Estado Docente. Plantear los lineamientos de un nuevo modelo de Escuela, donde se prioricen los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos para superar la fragmentación y atomización del saber. Aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir. Una nueva escuela donde se impulse, entre otros, un ambiente sano, el quehacer comunitario, la lactancia materna y la promoción de la salud.
Este sistema debe respaldar la integración y facilitar la participación social. Los medios de comunicación deben contribuir al desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo y construir mediaciones de forma permanente para el cumplimiento de los derechos y deberes comunicacionales para la educación integral. Esta educación para todos incidirá en la interpretación crítica y responsable de los mensajes de los medios.
Todos los aspectos que caracterizan la vida nacional del país, bien sean económicos, sociales, políticos, culturales, históricos y geográficos, entre otros: cada uno de estos, evoluciona, en función de mejorar cada vez más los diferentes sistemas que los conforma y los compromete en el devenir de cambios y transformaciones que ocurren en la sociedad en búsqueda de optimizar y por ende generar el desarrollo que beneficie a todos. Tal es el caso de las políticas educativas, las cuales han ido evolucionando para atender a las necesidades humanas, sociales y culturales de la población y donde a los gobiernos les ha correspondido y les sigue correspondiendo la implementación de reformas y cambios que permitan el avance cónsono, a través de programas establecidos por estos para la formación que la sociedad requiere de sus individuos.
Desde esta perspectiva, el presente trabajo ha centrado su propósito en estudiar las perspectivas ideológicas que autores como Simón Rodríguez, el Maestro del Libertador Simón Bolívar, Paulo Freire, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Arturo Uslar Pietro, J.J. Rousseau y Anton Makarento, han fundamentado de alguna manera, las políticas educativas venezolanas que a continuación se mencionan en dicho trabajo.


PERSPECTIVA IDEOLÒGICA DE LA EDUCACION VENEZOLANA

Los decretos, programas y proyectos educativos, así como también algunas reformas curriculares y demás documentos, son considerados relevantes por su impacto sociopolítico en la estructuración, organización, funcionamiento y consolidación del sistema educativo venezolano. Lo cual constituye o define las políticas educativas en la educación del país. Todas estas concepciones educativas han orientado la estructura, organización, funcionamiento y consolidación de la educación en Venezuela. Dentro de estos documentos, se citan: Decreto de Instrucción Pública de Guzmán Blanco de 1870, el Programa de febrero del General López Contreras de 1936, la Reforma Curricular de 1969, la Reforma Curricular de 1980, la Reforma Curricular de 1996, el Proyecto Educativo Nacional de 2001, y el Diseño Curricular Bolivariano, 2007.
Cabe mencionar, que estos documentos han sido considerados para analizar las perspectivas ideológicas de los autores Simón Rodríguez, Paulo Freire, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Arturo Uslar Pietro, J.J. Rousseau y Anton Makarento, presentes en el contenido de los mismos.

Decreto de Instrucción Pública de 1870

El decreto de Instrucción Pública de 1870, según Luna (1985:89) devela “una concepción de hombre como venezolano y de la sociedad como el conjunto de estos, asociados; los fines se orientan a sembrar las bases para el conocimiento ulterior, por lo que, el desarrollo intelectual de este venezolano, está en la búsqueda de la perfección moral” Esto fue significativo para ese momento, ya que se estaba constituyendo Venezuela como una nación.
Además, se fija como meta el establecimiento de la educación gratuita y obligatoria; idea que se venía gestando desde 1811, pero que se concretó en 1870 con este decreto. Se manifiesta entonces, en este decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria, promulgado por Guzmán Blanco, una concepción racionalista que se instaló en Venezuela desde el tiempo de la independencia con las ideas de la ilustración Europea que trajeron Bolívar, Rodríguez, entre otros.
De esta forma, infiriendo en las ideas críticas de Simón Rodríguez, como hombre de ilustración y reiterando en el poder de la instrucción, este maestro de acuerdo a lo señalado por este Maestro (1825, en Rojas 1955:135), exigía la debida consideración en la escuela, señalando que “el estado actual de la escuela se demostraba en seis reparos”. Dichos reparos eran los siguientes:
-No tiene la estimación que merece.
-Pocos conocen su utilidad.
-Todos se consideran capaces de desempeñarla.
-Le toca el peor tiempo y el más breve.
-Cualquier cosa es suficiente y a propósito para ella.
-Se burlan de su formalidad y de sus reglas y su preceptor es poco atendido.
Sin duda, que los reparos que hizo el maestro Rodríguez en ese momento, fundamentan de alguna manera, este Decreto de Instrucción Pública de 1870, por cuanto los reparos estaban en defensa a la escuela con el fin de emprender sistematizadamente la educación general de los niños, sobre el abandono absoluto que yacía sobre la sociedad esclava en materia de instrucción, sobre la escasa preocupación de los padres de familia por la educación de sus hijos y sobre la necesidad de que ésta sea impartida por personas (preceptores) conocedoras de la delicada labor que el proporcionar los primeros conocimientos al hombre, supone. De tal manera, que es posible afirmar, que este decreto si contuvo la perspectiva ideológica del Maestro Rodríguez, al implementar un modelo pedagógico, en el cual, se define la educación, como instrucción; conceptualizándola al mismo tiempo, como la acción de trasmitir un caudal de conocimientos adquiridos de generación en generación. Dicha instrucción es de carácter público en dos modalidades, la obligatoria o necesaria y la libre o voluntaria y se constituye en una necesidad de la república.
En el documento se plasma la concepción de educandos, como los asociados que tienen derecho a la instrucción y estos pueden ser los niños, las niñas, los jóvenes adolescentes o adultos. Se concibe la escuela, como la institución social creada por el Estado, la cual está relacionada con la comunidad en términos de la obligación que los padres, madres, representantes, tutores o encargados, tienen que hacer aprender a los seres humanos, por lo menos lo necesario, minimizan la relación escuela-comunidad, al hecho de obligar legalmente a los representante a promover en sus hijos e hijas, la instrucción.
También señala, que todo esfuerzo en beneficio de la instrucción primaria, sea de un individuo, de una asociación o del poder federal, será secundado y protegido por las autoridades de los Estados, se establece así el principio rector del Estado Docente, y se estimula la educación privada. En este sentido, se constatan las ideas de Arturo Uslar Pietro (1973:40), afirmaba que “el Estado puede y debe ser educador, sin que esto quiera decir que él sea el único, otros organismos pueden participar en la tarea educativa…”. Evidentemente, que para realizar esta tarea docente, es necesario precisar una interpretación acerca del papel del hombre en la sociedad y tal concepción, acerca del deber ser del hombre, está presente en los fines que el Estado asigna a la educación.
En Venezuela, el Estado ha mantenido siempre la potestad inalienable de controlar los servicios de la educación a lo largo de su vida independiente, consagrando en sus constituciones y leyes, tal potestad. Desde los primeros días de la Independencia, la cuestión educativa constituye materia de profunda reflexión por parte de hombres como Simón Bolívar, Simón Rodríguez y tantos otros, para quienes la educación era cuestión de singular importancia y es en el orden legislativo, donde más se encuentran muestras del pensamiento pedagógico de aquella época, reveladoras de la idea de la educación como derecho y deber del Estado.

Programa de gobierno de Eleazar López Contreras
(Programa de febrero de 1836)

En el programa de Febrero de 1836, Luna (1985:176) señala que:” se concibe al hombre como un ser decidido en la lucha por la vida y la sociedad, como una población relativamente densa, físicamente fuerte, moral e intelectualmente educada que debe disfrutar de una economía prospera”. Es decir comienzan a verse en este programa de gobierno la concepción integral del hombre y la educación como una oportunidad de prosperar con los fines de poner a los diversos grupos sociales del pueblo en condiciones de afrontar con decisión la lucha por la vida y de nivelarse con los pueblos más adelantados. En este sentido, se pone de manifiesto la perspectiva ideológica del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, (1940:143), señalaba que:
La formación educacional responde a un concepto general del ciudadano que el Estado se forja, a un tipo humano nacional de determinadas características, que es el tipo deseable del buen ciudadano… criterio que robustece la necesidad de poner bajo una norma común y general la educación del pueblo, atendida y cuidada por un Estado provisor que impida la desorientación de la juventud y la proliferación de mentalidades anárquicas y destructoras, incapaces para toda obra solidaria de bien público y de sacrificio personal para lograr el beneficio de la colectividad.

Fundamentando la visión de este autor, con el programa de Febrero de 1836, se constata que parte de su pensamiento pedagógico, en lo relativo a Estado-docente, estuvo presente en el mismo, pues los fines de la educación son también fines sociales. Por tanto, si el Estado venezolano es democrático, su educación debe estar orientada por los principios que orientan este sistema. Por otro lado, la formación del carácter, y la reparación científica para el ingreso a las universidades y escuelas técnicas, los fines educativos expresos en este programa de gobierno sientan para ese momento, las bases para la expansión del sistema educativo de Venezuela. Lo cual parece obedecer a la formación Europea y Norteamericana que tenia López Contreras, lo que lo motiva a desarrollar un pensamiento avanzado si se compara con el que tenían los Venezolanos para la época.
El componente pedagógico de este documento resalta que el educador se concibe como un personal componente y necesario para la sociedad; la escuela como el sitio propicio para los maestros y para su creación. Al respecto, Luis Beltrán Prieto Figueroa (Ob.cit.: 42), consideraba que “….el maestro debe estar preparado para responder a los objetivos que la Constitución fija al Estado venezolano”.
En cuanto a la fundamentación sociopolítica del documento, se tiene que la concepción de participación social se limita al cumplimiento de los deberes del hombre con la sociedad. En ese orden de ideas, los valores socializados teóricamente, se manifiestan, la paz ordenada, el bienestar común, una patria grande y fuerte, la amistad y cooperación con los países que mantiene relaciones con nosotros, se dirigen estos a los tres pilares fundamentales de la formación para ese momento histórico: la paz, el orden social y el bien común, la consolidación de la patria y la relación de esta con otros países. El marco jurídico – normativo que sustenta el programa es la constitución Nacional de 1936 elaborada por este mismo gobierno.
De allí, que el pensamiento de Makarenko en cierta medida, puede argumentar esta fundamentación sociopolítica del documento. Esto, debido a que Makarenko (1936), consideraba que era preciso organizar la colectividad, de tal forma que se eduquen cualidades reales y verdaderas de la personalidad, no cualidades imaginadas. De esa manera el método individual tendrá un efecto mucho más fuerte y adecuado, ya que según el autor, si no hay colectividad y educación colectiva con el método individual surge el riesgo de que se eduquen individuos y nada mas. Por lo que se debía, ser además consciente de que las buenas cualidades necesitan años para formarse, pues no se puede educar un carácter con ningún método o procedimiento especial de acción rápida, el carácter sólo se puede formar mediante la prolongada participación de la persona en la vida de una colectividad adecuadamente organizada, disciplinada y orgullosa de sí misma.
Como se puede observar, su posición teórica y su estilo personal son muy peculiares. Es un educador duro, exigente y no da lugar a que exista abandono, dejadez o fallas, plantea y organiza una serie de actividades a realizar exigiendo su cumplimiento satisfactorio, convencido de que es necesario que el hombre se presente a sí mismo grandes exigencias, pues de tal manera se educa. Esta perspectiva ideológica también se manifiesta en el documento, cuando éste mismo sienta las bases para la expansión del sistema educativo de Venezuela, pues sólo es posible, educarse, disciplinarse, formarse y exigirse, en permanentes y cursando secuencialmente períodos de preparación académica y profesional.
Con relación a las políticas educativas se especifica en primer lugar, la atención a los maestros y los profesores, la lucha contra el analfabetismo, la apertura de los preescolares, la reorganización de la escuela primaria, la divulgación cultural escuelas ambulantes y a través de conferencias, los libros y la radio. también la protección a las iniciativas privadas el establecimiento d bibliotecas populares, el apoyo a los boy scout, la creación de las escuelas de arte y oficios adecuados a la región; la reorganización de las universidades, la creación de institutos politécnicos, ayudas a las sociedades científicas y la creación del Concejo Nacional de Investigaciones. De esta manera, se pone de manifiesto lo que Rousseau sostiene en su obra llamada “El Discurso sobre las Ciencias y las Artes”, recopilado en Grandes Pensadores Rousseau, El Contrato Social (2001:25), al señalar que:
Al igual que el cuerpo, el espíritu tiene necesidades. Las de aquel constituyen los fundamentos de la sociedad, las de éstos son, su recreo. Mientras que el gobierno y las leyes subvienen a la seguridad y al bienestar de los hombres sociales, las letras y las artes menos déspotas y quizás más poderosas, extienden guirnaldas de flores sobre las cadenas de hierro que los agobian, ahogan en ellos el sentimiento de la libertad original, para la cual parecían haber nacido.

Es decir, que de acuerdo a este señalamiento, podría decirse que al evaluar el compendio de tan importantes políticas educativas se puede inferir y se comprueba en la historia de Venezuela que este programa de gobierno, además de que tuvo continuación en el gobierno de Medina Angarita, pudo brindar expansión cualitativa al sistema educativo desde una orientación empirista y aplicando en modelo pedagógico de la escuela nueva en su tendencia reformista, lo cual pudo contribuir a la formación de nuevos caminos que condujeron al desarrollo intelectual de la sociedad, que a su ves, le ofreció seguridad, bienestar y progreso a los ciudadanos, y que en lo adelante, proseguiría evolucionando en el sistema educativo venezolano.

Reforma Curricular de 1969
(Primer Gobierno del Dr. Rafael Caldera)

El modelo pedagógico que sustenta la reforma curricular del año 1969, permite revelar los siguientes elementos, en los cuales según Luna (1985:315):

Se concibe al hombre como un generador de servicios y sujeto de las transformaciones sociales, también se define como una personalización creciente; la sociedad es un sistema democrático y participante, en el cual cada hombre encuentra las condiciones y oportunidades necesarias para su liberación y personalización creciente, indica la necesidad de la construcción de un modelo propio de sociedad para que el hombre pueda concretar sus aspiraciones, planteamientos que se detallan en los fines de la educación que a continuación se exponen: el afianzamiento de las instituciones sociales, la generación de cambios positivos en el sistema social, el incremento del nivel material de vida de los venezolanos marginados, la formación de los hombres conscientes de los problemas que plantea nuestra actual etapa de desarrollo, y la procura de la paz social como un bien común por excelencia.

Desde esta perspectiva, puede afirmarse que la educación es un instrumento fundamental para el desarrollo del hombre. Es una función de todos y todos son responsables de participar en la concreción y realización de los objetivos propuestos. Otorgando la oportunidad de participación al hombre, identificándose con una concepción liberalista que está enmarcada en el modelo sociopolítico capitalista el cual postula que todos los hombres tienen las mismas oportunidades de movilidad y ascenso social, solo que lo logre cada ciudadano dependerá de ejercicio de su libertad, es decir de su voluntad por optar por la evolución personal y material o por estancare dentro de la estructura social, en este sentido plantea que el educando es una personalización creciente, en otras palabras un potencial en desarrollo.
Al respecto, de Rousseau en su obra “El Discurso sobre las Ciencias y las Artes”, recopilado en Grandes Pensadores Rousseau, El Contrato Social (Ob.cit.:29), manifestaba que “si las ciencias depurasen las costumbres, si enseñaran a los hombres a derramar su sangre por la patria, si animaran el valor, los pueblos de China, serian sabios, libres e invencibles”.
Interpretando a este autor, esta Reforma Curricular de 1969, se fundamentó en el ejercicio libre y consciente que debe existir en la personalidad del ser humano, considerando desde luego, que no solo de costumbres, tradiciones y amor a la patria, son elementos intelectuales en la formación integral de las personas. Por tanto, es necesario educarse, instruirse y potenciar cada vez más el intelecto humano a través de la educación.
En este orden de ideas, la fundamentación sociopolítica de esta Reforma de 1969 se fundamenta en el ordinal 10 del artículo 190 de la Constitución de 1961 la cual planteaba una concepción de participación social concretada, en la participación en la escuela, se estimula el cooperativismo en la situación del aprendizaje, a iniciativa del alumno pero también el ajuste social, en otros términos, la necesidad de acoplarse a las normas sociales.
En lo relacionado a los valores socializados teóricamente, se tiene la paz social y el bien común, el desarrollo autónomo del individuo, la educación en la libertad y para la libertad y la sustitución de valores agrarios por malos valores urbanos – industriales propios de modelo productivo capitalista implementando en Venezuela los primeros 10 años del sistema democrático, lo cual está en congruencia con el empirismo y sugiere la aplicación del modelo pedagógico escuela nueva en su tendencia reformista y antiautoritaria.

Reforma Curricular de 1980
(Gobierno el Dr. Luis Herrera Campis)

Esta reforma curricular, a diferencia de las anteriores se promulga por vía de Ley y se establece en la Ley Orgánica de Educación de 1980, la cual se fundamenta en la Constitución de la República de 1961. En esta Ley se revela un proyecto educativo en el que se establece un nuevo modelo pedagógico y una nueva estructura para el sistema educativo venezolano orientados por las siguientes políticas educativas: el estado docente, la protección integral de alumno y la estimulación de la vinculación educación – sector productivo. Desde esta perspectiva, se manifiesta la idea de Makarenko (1936:218), basada en las Teorías Marxistas, cuando señalaba que “la nueva sociedad comunista debía valorar de igual forma, el trabajo manual y el trabajo intelectual sin distinciones de salario o prestigio social”. Es decir, que se pretendía que los niños se formaran a través de una educación polivalente, a sea, la educación integral con trabajo productivo.
Reforma Curricular de 1996: Currículo Básico Nacional
(segundo Gobierno del Dr. Rafael Caldera)

La reforma curricular de 1996 muestra en cuanto al componente filosófico y epistemológico, que el hombre se concibe como un ser que puede desarrollarse, un individuo autónomo, lo cual es congruente con el artículo 80 de la Constitución de 1961:

La sociedad como el conjunto de personas que participan en los procesos de transformación social, lo cual se detalla en los siguientes fines: la formación integral del educando, la formación para la vida y el ejercicio para la democracia, el fundamento de un ciudadano capaz de participar activa y consciente y solidariamente en los procesos de transformación social, el desarrollo de sus capacidades científica, técnica, humanista, artística y su capacidad de ser, conocer, hacer y convivir.
En lo relacionado con el proceso de generación de conocimiento, se alega que este proviene del resultado de un trabajo de equipo basado en la corresponsabilidad y en el consenso, lo que supone la expresión del compromiso colectivo. El proceso sistemático para construir una planificación, que facilite la acción más aproximada a la realidad. La cual se denomina como proyectos pedagógicos del plantel y del aula (PPP y PPA) respectivamente, cuyo criterio de validez lo constituye la participación de todos los actores sociales en los procesos de construcción del conocimiento. Lo que implica una relación sujeto – objeto bidireccional, el cual le da sentido al otro, ejemplo, el estado a la educación, la escuela a la comunidad y el educador al educando.
Se evidencia en esta propuesta unas relaciones interdisciplinarias para a generación y aplicación de dicho conocimiento, lo que implica la coexistencia de diversas opiniones para la formación de los participantes, y va mas allá, la construcción conjunta del mismo se supone un conocimiento que supera la especificidad y promueve lo holístico. En este sentido, es oportuno señalar un momento pedagógico experimentado por el Maestro Simón Rodríguez en la creación de la escuela de Chuquisaca Bolivia, en la cual puso en práctica buena parte de su ideario pedagógico: “Educar es enseñar al hombre a tratar con las cosas e infundirles ideas sociales, esto es, enseñarle una industria que asegure su subsistencia y una moral que regule sus relaciones con los demás”.
Interpretando las ideas del Maestro, su ideario apoyaba el hecho de que todo ciudadano debía tener la independencia para trabajar y ganarse su propio sustento, con el trabajo de sus manos y del civismo del que toma por norma de sus acciones este principio:” todo derecho se deriva de la sociedad y toda obligación se refiere a ella”. (Simón Rodríguez, 1825, en Rojas 1995).
En lo que se refiere al modelo pedagógico, se precisó una concepción de educación como proceso de investigación y de enseñanza – aprendizaje que se dirige a favorecer el desarrollo general de los individuos y la atención al contexto sociocultural, de aquí se desprende una concepción de educando como un ser que posee un ritmo individual de crecimiento que le viene determinado por un cambio sociocultural, lo cual hace posible la diferencia y la diversidad de alumnos para una misma etapa del desarrollo.
Así mismo se expone, una concepción de educador como inventor social, protagonista y actor principal de la realidad educativa. Dichos elementos, el educando y el educador se conjugan en un espacio para la construcción, una unidad básica primordial y fundamental del sistema educativo, la escuela, la cual debe vincularse estrechamente con la comunidad, a los fines de implantar un método participativo de reflexión y análisis.
Esta reforma manifiesta también que los objetivos son las intencionalidades que deben seguirse en la planificación, y los contenidos deberá ser adecuado a las necesidades regionales y locales. Implementando como novedad los ejes transversales, los cuales constituyen los fundamentos para la práctica pedagógica al integrar las dimensiones del ser, el saber, el hacer y el convivir a través de los conceptos, procedimientos, valores y actitudes. (Currículo Básico Nacional, 1999). Estos ejes transversales son: lengua, desarrollo del pensamiento, los valores, el trabajo y el ambiente.
En cuanto a la evaluación, se define como una continua actividad valorativa que forma parte del proceso enseña – aprendizaje, también como un proceso sistemático de reflexión sobre todos los elementos que interactúan en el proceso educativo. Es decir, que es imperativa la concepción de participación social amplia que involucre al hombre en la transformación social.
Interpretando este modelo pedagógico, es propicio señalar las palabras de Freire (2001.114), cuando afirma que “no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión, la palabra así, es praxis (Palabra: acción-reflexión-praxis).
La palabra sin acción es verbalismo y la palabra sin reflexión es activismo, ambas actitudes incompletas”. En este sentido, este autor opinaba que la educación había de ser diagonal ya que no podía quedar reducida a un acto de depositar ideas de un sujeto en el otro. Ni tampoco simple cambio de ideas, ni discusión beligerante, polémica, ha de ser el encuentro en que solidarizan al reflexionar y el obrar de sus sujetos (educandos-educadores-educandos) dirigidos al mundo par transformarlos y en consecuencia, humanizarlo.
De alguna manera, las ideas de Freire apoyan esta reforma curricular (CBN, 1996), por cuanto visualiza que la función del educador en la educación liberadora es opuesta a la que realiza en la educación bancaria, si en esta se limita a entregar al escolar conocimientos ya elaborados y listos para su asimilación pasiva, en aquella, la educación liberadora, busca despertar y desarrollas la conciencia crítica de las personas, favorecer el análisis problematizado, su poder de captación y de comprensión de la realidad. Todo a través del diálogo.

El Proyecto Educativo Nacional (PEN, 2001)

El proyecto Educativo Nacional (2001), en lo que se refiere al componente filosófico y epistemológico se conceptualiza en la sociedad como una humanística, centrada en la libertad, igualdad y justicia social, cuya misión es construir un país soberano con el desarrollo de la capacidad creadora de sus habitantes. De este planteamiento, se infiere, una definición de hombre creativo y con capacidad de desarrollo, lo que se concreta en los siguientes fines: la siembra de una nueva ciudadanía, la atención a las exigencia de la construcción de una república, la estimación y valorización de la cultura, la formación en, por y para el trabajo, la formación en valores, que rechacen consciente y responsablemente la intolerancia, la opresión y la discriminación por género.
De lo anterior se deduce que, el sustento de este documento se encuentra en el enfoque socio histórico, en el cual se plantea que el hombre es un ser en desarrollo que al unirse a otros hombres y discutir los problemas sociales puedan participar en la transformación social, a la prosecución de tal fin, la educación debe prepararlo como un ser crítico y reflexivo, la educación se entiende como un proceso primordial a través del cual se trasmite ideología al pueblo y se le proporciona la oportunidad de ejercer la participación social. Tal y como lo afirma Makarenko (1936:274), al señalar que “las bases de la educación se fundamentan cuando el Estado cumple como guía de la sociedad, mezclando elementos para que la propia persona sea quien decida su participación, ya sea en lo político, social, económico, cívico, otros”.
Desde este punto de vista, se observa en el documento, la aplicación del modelo pedagógico de la escuela nueva en la tendencia del análisis sociopolítico, lo cual se corrobora al encontrar los siguientes planteamientos, se concibe la educación como un proceso permanente que trasciende las paredes de la escuela y vincula dicha institución con la comunidad. También se indica que desea implementar un modelo educativo revolucionario que responda a los requerimientos de una nueva república y de la producción material en una perspectiva humanística y cooperativa.
Desde estos planteamientos acerca de la educación, el educador es un docente que debe reflejar una sólida formación pedagógica, orientadora, facilitadora, mediadora e investigadora de los procesos, un promotor social comunitario y respetuoso de las necesidades del alumno, que le permita la incorporación y desenvolvimiento en cualquier medio rural, urbano, extraurbano, especial, indígena y fronterizo. Así mismo, la escuela es un centro de producción de recursos para el aprendizaje superando la simple tecnología, lo que implica la cualificación de los procesos de enseñanza y de aprendizaje vinculado a la vida, al trabajo, al juego, a la lengua y a la naturaleza, indica una relación escuela-comunidad estrecha, utilizando para ello métodos etnográficos, lúdicos y prácticos como cooperativas, jornadas de trabajo, microempresas, trabajo artesanal y en fabricas.
Ahora bien, analizando bien este Proyecto Educativo Nacional (PEN, 2001), para Rousseau, la base de la educación establece que la escuela debe promover, desarrollar y estimular situaciones para que se desarrolle espontaneidad y libertad.
En cambio Makarenko maneja que la escuela, era definida como una colectividad con una meta común, la que era producida por una moralidad comunista, naciendo de la escuela un sistema bien determinado que denominaba Régimen, que conduce al desarrollo de la disciplina. De cualquier manera, es evidente que la base de la educaciòn, hoy dìa debe promover el desarrollo de la personalidad integral del ser humano donde los valores espontaneidad y libertad estén presentes en su convivencia social, además de desarrollar áreas curriculares interdisciplinarias que conduzcan a una escuela de valores democráticos, de pensamientos y opiniones pluralistas y de verdadera participación social que ayude a mejorar la calidad de vida de todos.

Diseño Curricular Bolivariano (2007)
La correspondencia entre los principios del preámbulo constitucional y los fines y principios del Sistema Educativo Bolivariano, enmarcan los principios pedagógicos sobre los que se debe inscribir la tarea educativa en el Diseño Curricular Bolivariano (2007). En este sentido, considerando la postura de Luís Beltrán Prieto Figueroa (1977), quien considera que todo Estado es responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esa orientación expresa su doctrina política y en consecuencia, conforma la conciencia de sus ciudadanos.
Ahora bien, cuando se está en una sociedad democrática, esa orientación general no debe responder a sectores y grupos de particulares sino al interés de las mayorías. Este deber del Estado no puede ser delegado en otras organizaciones particulares, porque ellas, tienden a favorecer sus propios intereses de grupo. Luego sentencia Prieto- la educación como función pública, es función del Estado nacional. (Prieto, 1940).
Desde esta perspectiva política, le corresponde al Estado definir los principios y fines de la educación, retomando la tesis del Estado Docente. Entendiendo por ello, la filosofía que compromete a todo Estado a orientar su educación desde la perspectiva ideológica sobre la cual se fundamentan sus instituciones. Lo que se pone de manifiesto es el estar presente ante un proceso constructivo de un nuevo saber. Un saber que tiene como cimiento al sujeto, o mejor dicho a la vida del sujeto, es decir un saber construido desde una perspectiva ética.

APORTES Y REFLEXIONES DEL EQUIPO
En general podría caracterizarse la educación en Venezuela de la siguiente manera:
Los programas educativos de Educación Inicial, Básica y Bachillerato, requieren mayores revisiones para lograr una verdadera formación integral del individuo adaptada a la realidad del país y de éste mundo globalizado. Hay una masificación de la educación, lo cual es positivo, pero se ha descuidado su calidad. En lo que respecta a los docentes, sobre todo a nivel básico y fundamentalmente, a nivel rural ó extra urbano, es necesario capacitar permanentemente a estos docentes para la función que ejercen. Considerando asimismo, las deficiencias remunerativas que desmotivan al personal y lo obligan a recurrir a otros trabajos de forma paralela para poder cubrir sus necesidades.
Además de esto, la incursión de instructores cubanos para dictar cursos a docentes con toques profundos de filosofía marxista-leninista, para influenciar posteriormente, en forma ideológica, la mentalidad de aprendizaje de los escolares.
La infraestructura tiene un deterioro evidente a la visión de los gobernantes locales, regionales y nacionales. Por lo que no se explica su intervención programada en función de la calidad educativa.

REFERENCIAS
Constitución de Venezuela, (1961). Congreso de la República de Venezuela, Caracas: Autor.
Currículo Básico Nacional 1999). Programas de Estudio de Educación Básica. Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Decreto de Instrucción Pública (1879). Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Diseño Curricular Bolivariano. (2007). Currículo y Orientaciones Metodológicas. Ministerio del Poder Popular para la Educación. Autor.
Freire, P. (2001). Pedagogía del Oprimido. México. Editores Siglo XXI
Grandes Pensadores Rousseau. Discurso sobre las Ciencias y las Artes. Discurso sobre la desigualdad entre los hombres. El Contrato Social. (2001). Madrid. Editorial Libsa.
Ley Orgánica de Educación. (1980). Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 2635. Extraordinario del 28 de julio de 1980.
Luna, J. R. (1985). Boceto para una Semblanza de la Tierra y del Hombre. El Mácaro: Talleres gráficos del Centro de Capacitación Docente.
Makarenko, A. S. (1936). Poema Pedagógico. Ucran. Akal. Ediciones.
Programa de Febrero. (1936). República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Proyecto Educativo Nacional. (2001). Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Prieto Figueroa, L. B. (1940). Labores de la Primera Convención Nacional del Magisterio Venezolano. Revista Pedagógica (FVM). Nº 1, 142-148.
Prieto Figueroa, L. B. (1977). Psicología y canalización del instinto de lucha. (Biblioteca Popular Venezolana, Nº 101). Caracas: Ministerio de Educación.
Reforma Curricular. (1969). Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Reforma Curricular. (1980). Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Reforma Curriculares. (1996). Ministerio de Educación. República de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Rojas, A. (1955). Ideas Educativas del Maestro Simón Rodríguez. Caracas Editorial EDIME.
Uslar, A. (1973). Del Hacer y Deshacer de Venezuela. Caracas. Monte Ávila.







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