viernes, 6 de agosto de 2010

Sociedad, Cultura y Educación.

Sociedad, Cultura y Educación

Las funciones del profesor universitario como docente, investigador, difusor y preservador de la cultura deben ser analizadas desde la concepción del mismo como un especialista de alto nivel dedicado a la enseñanza y miembro de una comunidad académica. El profesor universitario, en cuanto profesor; es una persona profesionalmente dedicada a la enseñanza, un profesional de la educación que necesariamente comparte con los profesores de otros niveles unas funciones básicas orientadas a que otras personas aprendan. En segundo lugar, es un especialista al más alto nivel en una ciencia, lo cual comporta la capacidad y hábitos investigadores que le permiten acercarse a, y ampliar, las fronteras de su rama del saber. En tercer lugar, es miembro de una comunidad académica, lo que supone la aceptación, y conformación de la conducta, a un conjunto específico de pautas, valores y actitudes que, de alguna manera, reflejan una determinada percepción de la realidad que caracterizan y dan sentido a una forma de vida. La formación del Profesor, también es la que orienta la Pedagogía en cuanto a la práctica en el aula. Por su función intrínseca, la figura del docente, es la que ha dado resultado práctica a los diferentes razonamientos teóricos de las Ciencias de la Educación.
El profesor, pues, no es sólo un experto conocedor de una disciplina sino un especialista en el diseño, desarrollo, análisis y evaluación de su propia práctica, pues las actividades de carácter pedagógico son importantes para el desempeño adecuado de las tareas docentes, en investigaciones realizadas en el ámbito educativo ha sido reconocido por los profesores.
Las teorías academicistas en su empeño por asegurar un referente nítido, estable, asegurador de orden para el hombre, rechazan de la educación actual sus pretensiones modernizadoras y de adaptación al cambio al considerar que con ello se olvida que la naturaleza humana no cambia tan fácil y rápidamente como los ordenadores. La orientación temporal de la educación en las teorías academicistas asumirá como eje temporal el presente de pasado. Presente no ocurrido sino continuamente creado a partir de un pasado a su vez constituido por un complejo sistema conceptual elaborado progresivamente por la humanidad a lo largo de su curso histórico. Éste y no otro constituirán los objetos del legado que la educación habrá de entregar y hacer de depositaria a las nuevas generaciones.
A pesar de la condición relativista de la Postmodernidad, aun siguen esperanzados en la existencia de valores absolutos y permanentes que deben ser objetos de transmisión a través de los programas educativos. La educación debe recoger las ideas, tradiciones, cultura y valores; y para ello se prioriza el conocimiento. Pero la cultura no es sólo concebida desde la perspectiva de la formación y autocrecimiento del hombre, sino un instrumento poderoso para evitar las nuevas diferenciaciones de clases que en las sociedades desarrolladas se deja traslucir justamente por la desigual distribución del saber cultural entre los hombres.
b) Neoculturalismo: cultura generalista o comprensiva, especialmente en Norteamérica, surgen con fuerza los planteamientos conservadores llevados por el deseo de propiciar una equilibrada coherencia en los currícula y programas de estudio excesivamente especializados en conocimientos de carácter técnico. Se desarrollan numerosos debates educativos cuyo foco de atención giraba en torno a la calidad de enseñanza y política curricular. La posición de representantes de estas teorías sostienen, que los nuevos principios sobre los que ha de basarse la enseñanza deben quedar regulados por la autonomía intelectual y moral, la comunicación, el espíritu crítico, la creatividad y el servicio a la comunidad.

Prof. Eliezer Sojo M:.

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