martes, 3 de agosto de 2010

LA PERSPECTIVA VENEZOLANA EN LA EDUCACION DEL FUTURO

Ensayo de: Salcedo Yordis
El punto de partida del presente ensayo, se ubica en la constatación de los profundos cambios que se están dando en todos los estratos a nivel mundial los cuales sin lugar a dudas han trastocado las bases mínimas de la sociedad.
Hoy más que nunca se evidencia una preocupación del hombre por lograr una verdadera armonía y asimilación del impacto de la revolución tecnológica, la globalización, la flexibilidad del mercado laboral y la formación de un nuevo orden político a nivel mundial. La sociedad actual se encuentra menos cohesionada ideológica y sociológicamente, donde el predominio es el rechazo al totalitarismo, las fuertes motivaciones hedonistas y utilitarias.
Estos factores entre otros, están ocasionando un sentimiento generalizado de incertidumbre.
En este sentido, Morín (2000), señala “ cuando miramos hacia el futuro vemos numerosas incertidumbres sobre lo que será el mundo de nuestros hijos, de nuestros nietos y de los hijos de nuestros nietos” ( p.13). En Venezuela, al igual que en todas las sociedades del globo terrestre, los cambios se están dando de una forma vertiginosa, donde surgen nuevos paradigmas y se descalifican los que se encontraban vigentes, estos cambios paradigmáticos generan y reclaman cambios profundos en todos los sistemas ( políticos, sociales, y económicos).
La educación es pues el eje fundamental para afrontar los retos del siglo XXI, donde la incertidumbre del mundo cambiante agobia y amenaza el futuro de nuestra sociedad.
Al respecto Delors (1998), señala “frente a los numerosos desafíos del porvenir ,la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia” ( p.9). sin embargo, es necesario entender, continua diciendo Delors, que la educación no sea vista como un remedio milagroso, el ábrete sésamo de un mundo que ha llegado a la realización de todos estos ideales, el autor citado, plantea que la educación debe establecerse como una vía entre las muchas existentes, pero que esté realmente al servicio humano, con un único fin, hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las guerras y las opresiones.
En este sentido importa y por muchas razones internalizar de una vez por todas, que el niño de hoy es el futuro del hombre del mañana, por tanto es fundamental educarlo conscientemente en la preservación del planeta tierra. Para ello Morín considera necesario que la educación del futuro debería enseñar la condición humana y la identidad terrenal, sin ocultar las opresiones y dominaciones que han asolado a la humanidad y que no han desaparecido. Este autor señala que conocer lo humano es, principalmente, situarlo en el universo y a la vez separarlo de el.
Es así pues que todo conocimiento debe contextualizar su objeto para ser pertinente, y la educación del futuro debe dar respuestas a las siguientes interrogantes: ¿quienes somos?, ¿de donde venimos?, y ¿ a donde vamos?, y por otro lado, tener en cuenta que las respuestas a dichas interrogantes, deben estar interrelacionadas cada una con la condición humana.
Todos estos señalamientos hechos en los párrafos anteriores, nos conducen a otra interrogante. ¿la situación actual por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela, es capaz de abordar con éxito los retos de este siglo?.
En este sentido se debe señalar que Venezuela se encuentra polarizada en el ámbito político, donde por un lado el gobierno plantea un socialismo llamado “socialismo del siglo XXI”, con una gama muy variada de aciertos y desaciertos, lleno de improvisaciones, y por el otro lado existe una oposición renuente de aceptar los cambios de paradigmas planteados por el actual gobierno. Este enfrentamiento entre los dos polos, no aporta aspectos positivos que permitan avanzar en los cambios necesarios para salir de la prisión generada por las escuelas de una modernidad en crisis, llena de gigantescas maquinarias de vanidad intelectual.
El sistema educativo venezolano, debería experimentar cambios profundos de fondo mas que de forma, donde realmente se aborden las necesidades de todos los involucrados en el hecho educativo. El gobierno a través del estado docente, le convendría implementar una política educativa generadora de cambios en la forma de pensar de los docentes, para que estos puedan a su vez, generar cambios en los niños y niñas, que les permitan afrontar los restos de un mundo cada vez mas globalizado.
Para ello es necesario un cambio en el discurso político, donde se busque una toma de conciencia por parte de los docentes en la aplicación del diseño educativo bolivariano, el cual recoge y abarca muchos de los planteamientos de la UNESCO, para que cualquier sociedad y cualquier cultura lo tome como eje fundamental de la educación del futuro. El estado docente, no debería convertirse en un ente opresor de los docentes, si no que al contrario, debería ser generador de directrices coherentes con la realidad venezolana, para que los educadores, dejen el “cumplimiento”, es decir que cesen en cumplir con todas las jornadas con un alto contenido de ideologías políticas, y mentir en su ejecución en los espacios educativos.
Esto sin lugar a dudas, afecta directamente a los estudiantes, y por supuesto que aleja cada vez mas al sistema educativo venezolano en lograr los objetivos planteados en la formación de un hombre nuevo. El estado docente y los educadores deberían enfocarse en un dialogo de unificación de criterios educativos, donde lo político no se imponga por encima de los derechos de todos los venezolanos de recibir una educación de calidad. Las decisiones educativas hoy mas que nunca, exigen un debate democrático enfocado no solo en los medios sino también sobre sus fines, dicho debate de sustentarse en una evaluación solida del sistema educativo venezolano, desde la educación inicial, hasta la educación universitaria.
La educación debería estar planteada en una sola dirección, y dejar la dualidad existente, donde las misiones, las escuelas y las universidades bolivarianas, plantean en sus diseños curriculares una ideología, y las instituciones privadas plantean otro tipo de educación, el pensum de estudio debe ser el mismo para todos los venezolanos, sin mas cambios que aquellos muy propios del contexto donde se ubiquen las instituciones educativas.
La educación del futuro de garantizar que todos aprendamos a aprender y a conocer lo que es conocer.

Referencias

Delors, J. (1998). La Educación encierra un tesoro. Ediciones Unesco. México D.F.
Morín, E. (2000). Los Sietes Saberes Necesarios a la Educación del Futuro. Ediciones Faces/UCV. Caracas Venezuela.

2 comentarios:

  1. La perspectiva que presenta Yordy en esta publicación, es la realidad actual, pero con un ingrediente de análisis que le ha dado su participación en diferentes actividades educativas, mas el análisis de la realidad que atraviesa el sistema educativo venezolano en torno a las políticas educativas, mas aún por la situción política que atraviesa el país.
    Comentado por: Eliezer Sojo.

    ResponderEliminar
  2. este ensayo, refleja la realidad del sistema educativo venezolano, felicitaciones por el articulo.

    ResponderEliminar